Buenos Aires, Argentina / Redacción Panas en Utah.- La Ciudad de Buenos Aires atraviesa una semana marcada por temperaturas extremas luego de un lunes agobiante que dejó registros fuera de lo habitual. El calor continuará en ascenso durante los próximos días, con máximas que superarán los 37 grados, mientras el Servicio Meteorológico Nacional mantiene una alerta naranja que alcanza a millones de personas en el Área Metropolitana.
Durante la jornada del lunes 29 de diciembre, el termómetro escaló a valores elevados y consolidó un escenario de calor persistente. La falta de lluvias y la presencia de aire muy cálido intensifican la preocupación en el cierre de 2025 y en el inicio del nuevo año. La región central del país concentra el impacto más fuerte del fenómeno, con la capital argentina como uno de los puntos más afectados por los picos térmicos previstos.
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El pronóstico para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires anticipa una semana exigente desde el punto de vista climático. Para este martes, los modelos meteorológicos proyectan una temperatura máxima cercana a los 37 °C, con cielos parcialmente despejados y sin probabilidades de precipitaciones. Estas condiciones favorecen una mayor acumulación de calor durante el día y dificultan el descenso térmico durante la noche.
El miércoles mantendrá la misma tendencia. Las previsiones indican que la temperatura alcanzará los 38 °C, con una mínima que rondará los 27 °C. En este contexto, la sensación térmica podría superar esos valores debido a la humedad y a la escasa circulación de aire. El calor sostenido durante varias jornadas consecutivas configura un escenario poco habitual incluso para el verano porteño.
La alerta naranja emitida por el Servicio Meteorológico Nacional cubre toda la región metropolitana y varias comunas de la ciudad, según los mapas oficiales. Este nivel de advertencia señala riesgos moderados a altos para la salud, especialmente en adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas. Las autoridades recomiendan extremar cuidados, mantener una hidratación constante y evitar la exposición al sol en las horas centrales del día.
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La persistencia de estas condiciones genera anomalías térmicas que se distinguen de otros episodios estivales. Las temperaturas se ubican varios grados por encima de los promedios históricos, lo que refuerza la magnitud del evento.
A pesar del panorama inmediato, el pronóstico ofrece una señal de alivio. De cara al fin de semana y al Año Nuevo, los especialistas anticipan un descenso térmico significativo, con valores más cercanos a lo normal para la época. Hasta entonces, Buenos Aires deberá transitar jornadas de calor intenso que pondrán a prueba la resistencia de la ciudad y de sus habitantes.
