Machado sopesa un viaje a Washington mientras define su hoja de ruta frente al chavismo
Redacción Panas en Utah.- Desde Oslo, donde recibió el Premio Nobel de la Paz por su trayectoria política y su confrontación sostenida con el chavismo, María Corina Machado analiza sus próximos movimientos entre los que podría estar Washington. La dirigente opositora planea regresar a Venezuela para intensificar la presión interna contra Nicolás Maduro, aunque no prevé un retorno inmediato tras su paso por Noruega. Antes, evalúa una gira internacional que le permita agradecer apoyos y presentar su estrategia ante un eventual quiebre del poder en Caracas.
Entre las opciones sobre la mesa aparece Washington como destino clave. Machado considera un viaje a la capital estadounidense para sostener reuniones en la Casa Blanca y en el Capitolio, con el objetivo de explicar su visión sobre una posible transición democrática. La líder venezolana evita fijar posición pública o privada sobre la estrategia de cerco militar que impulsa el presidente Donald Trump, pero respalda la decisión de presionar al gobierno de Maduro.
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Durante su estadía en Oslo, Machado remarcó que cada país actúa según su derecho a la legítima defensa cuando percibe amenazas a su seguridad nacional. Con esas palabras, reconoció la ofensiva de Washington sin atribuirse participación en decisiones vinculadas a operaciones de seguridad. La dirigente sostuvo que su rol se concentra en la política venezolana y en la construcción de una salida democrática.
Durante meses, Machado mantuvo la clandestinidad dentro de Venezuela, una condición que dificultó el contacto directo con la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Ahora, busca aprovechar el respaldo político acumulado para explicar una secuencia de acciones que permita ordenar el inicio de una transición. “Hay reuniones que pueden resultar muy útiles antes de volver a casa”, señaló ante un grupo reducido de periodistas.
En círculos diplomáticos de Oslo y Washington no descartan un encuentro entre Machado y Trump, aunque reconocen las dificultades de agenda del mandatario. El presidente republicano la considera una figura central para acelerar el fin del chavismo y expresó en distintas ocasiones su rechazo a cualquier intento de detención contra ella. Trump incluso advirtió que no toleraría una acción de ese tipo por parte del gobierno venezolano.
El calendario juega en contra de la dirigente opositora. Hacia finales de diciembre, la actividad legislativa en Estados Unidos disminuye, lo que complica la organización de reuniones parlamentarias con peso político, pese al respaldo que Machado ya recibió de senadores y representantes.
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El eventual viaje a Washington apunta a consolidar consensos con la administración republicana en un escenario complejo. Machado asume que una presidencia de Edmundo González Urrutia funcionaría como etapa de transición, marcada por una economía debilitada, acusaciones de violaciones a los derechos humanos y la presencia de intereses de potencias como China, Rusia, Irán, Corea del Norte y Cuba.
Ante las preguntas sobre sus próximos pasos, Machado optó por la cautela. “Un día a la vez”, respondió, antes de prepararse para regresar a la clandestinidad en Venezuela.



