Llegó a Argentina el primer avión con deportados desde Estados Unidos por el Gobierno de Trump
Con este operativo, queda claro que las deportaciones desde Estados Unidos alcanzan a múltiples países de la región y que la administración argentina busca manejar la situación con prudencia, evitando confrontaciones públicas y manteniendo un perfil bajo mientras se coordinan los pasos del traslado.

Redacción Panas en Utah.- El Gobierno de Javier Milei y su embajador ante Estados Unidos, Alec Oxenford, mantienen la gestión de un operativo de deportación bajo estricta reserva. Las autoridades argentinas decidieron no emitir protestas públicas, a diferencia de otras naciones, con el fin de evitar la percepción de que la administración de Donald Trump busca perjudicar a su aliado libertario.
El operativo afecta a ciudadanos argentinos que enfrentan acusaciones por violaciones graves a la ley federal estadounidense, entre ellas delitos migratorios, robos y agresiones sexuales, según confirmaron fuentes oficiales consultadas. La medida no se limita únicamente a Argentina: Brasil y otros países de la región también reciben deportados desde Estados Unidos en vuelos similares, en un programa coordinado por la administración estadounidense.
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Entre este miércoles 10 y jueves 11, un Boeing 767-300 de Omni Air International transportará a los argentinos involucrados. El vuelo hará escalas estratégicas en Bogotá, Colombia, y en Belo Horizonte, Brasil, antes de concluir su recorrido en el aeropuerto internacional de Ezeiza. El itinerario busca garantizar seguridad, logística eficiente y coordinación internacional entre las autoridades migratorias de cada país.
Fuentes consultadas indicaron que las deportaciones obedecen a procedimientos regulares de la administración estadounidense, que prioriza traer de vuelta a ciudadanos acusados de delitos graves o que representan un riesgo para la seguridad pública. Sin embargo, la discreción del operativo y la ausencia de comunicados oficiales destacan frente a otras deportaciones, donde los gobiernos han expresado quejas y llamados diplomáticos.
Especialistas en relaciones internacionales consideran que la postura argentina responde a un equilibrio delicado: proteger los derechos de sus ciudadanos mientras mantiene buenas relaciones con Estados Unidos, un socio clave en el hemisferio. La transparencia y coordinación entre los dos países resultan esenciales para evitar conflictos diplomáticos, aseguraron analistas.
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La situación también ha despertado interés en la opinión pública, donde surgen cuestionamientos sobre las garantías legales para los deportados y los mecanismos de revisión judicial en Estados Unidos. Organismos de derechos humanos y abogados locales han señalado la importancia de garantizar un proceso justo y respetar los derechos fundamentales de cada persona involucrada.
Con este operativo, queda claro que las deportaciones desde Estados Unidos alcanzan a múltiples países de la región y que la administración argentina busca manejar la situación con prudencia, evitando confrontaciones públicas y manteniendo un perfil bajo mientras se coordinan los pasos del traslado.
Con información de El Clarín