Consejos esenciales para un verano seguro en el agua
La seguridad en el agua no depende de la suerte, sino de decisiones informadas y de la responsabilidad compartida entre adultos y cuidadores. Preparar el entorno acuático, conocer los riesgos y actuar con prevención permite disfrutar del verano sin sobresaltos.

Redacción Panas en Utah.- Durante los meses de verano, las actividades acuáticas se convierten en una de las opciones favoritas para niños y familias. Sin embargo, garantizar la seguridad en piscinas, playas o lagos requiere más que diversión: implica preparación, vigilancia activa y conciencia de los riesgos según indicó Ogden City Fire Department.
Uno de los pilares fundamentales para reducir accidentes acuáticos consiste en que los niños tomen clases de natación desde temprana edad. Estas clases no solo fortalecen la confianza en el agua, también enseñan habilidades clave como flotar, desplazarse en diferentes profundidades y salir de la piscina de forma segura. Aprender a nadar marca una diferencia significativa frente al riesgo de ahogamiento.
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Además del aprendizaje, la supervisión adulta constante resulta vital. Designar a un Vigilante Acuático —una persona encargada exclusivamente de observar a los niños dentro y alrededor del agua— aporta una capa adicional de seguridad. Esta persona no debe distraerse con teléfonos, libros ni conversaciones largas. Su único rol consiste en vigilar y actuar rápidamente si surge una emergencia.
Otro aspecto que suele pasar desapercibido es la protección solar. La exposición prolongada al sol puede provocar quemaduras, insolaciones e incluso daños cutáneos a largo plazo. Por ello, el uso de protector solar debe formar parte de la rutina antes de nadar. Aplicar una cantidad generosa al menos 15 a 20 minutos antes de entrar al agua, y renovarla cada dos horas o tras nadar, garantiza una barrera efectiva contra los rayos UV.
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Tener un verano divertido no está reñido con mantener prácticas responsables. Las estadísticas sobre accidentes acuáticos en menores siguen siendo preocupantes, y muchas veces podrían evitarse con medidas simples. Invertir tiempo en educar a los niños, asignar tareas claras de supervisión y proteger la piel frente al sol ayuda a transformar la temporada estival en una experiencia segura y saludable para todos.
La seguridad en el agua no depende de la suerte, sino de decisiones informadas y de la responsabilidad compartida entre adultos y cuidadores. Preparar el entorno acuático, conocer los riesgos y actuar con prevención permite disfrutar del verano sin sobresaltos.