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El tambor de San Juan del 24 de junio: Tradición, fe y resistencia cultural (+VIDEO)

Barlovento/ Panas en Utah.- La celebración de San Juan Bautista retumba con fuerza cada mes de junio en tierras venezolanas, especialmente en Barlovento, donde el fervor religioso, la música y la memoria ancestral se entrelazan en una de las expresiones culturales más representativas del país. Con el lema popular “Si San Juan lo tiene, San Juan te lo da”, los sanjuaneros honran no solo a un santo, sino a la herencia afrovenezolana que ha perdurado a través de los siglos.

El ciclo festivo de San Juan, que se extiende desde mayo hasta mediados de julio, forma parte del patrimonio cultural inmaterial de Venezuela. Su origen se remonta al siglo XVIII, en el contexto de las comunidades afrodescendientes esclavizadas durante el dominio colonial español. Con el tiempo, estas manifestaciones culturales evolucionaron y se consolidaron como símbolo de libertad, identidad y resistencia.

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La celebración combina elementos del catolicismo con expresiones propias de la tradición africana. Tambores que repican con fuerza, danzas, cantos, décimas, narraciones orales y procesiones marcan cada etapa del ciclo festivo. En muchas regiones, las fechas más importantes son el 23 y el 24 de junio. El primero de estos días, las cofradías y agrupaciones sanjuaneras se encuentran para renovar la hermandad, visitar iglesias y rendir homenaje a la imagen del santo en la llamada “Casa de San Juan”.

El 24 de junio, día central de la festividad, los devotos trasladan la imagen del santo a los ríos, donde se realiza una ceremonia de inmersión que conmemora el bautismo de Jesús en el río Jordán. El agua y el tambor se convierten en vehículos de fe, conexión espiritual y bendición colectiva. Muchos asistentes también ingresan al río con la esperanza de recibir protección y salud.

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Cada comunidad mantiene sus propios cantos, ritmos y estilos de danza, lo que enriquece la diversidad del festejo. La transmisión del conocimiento ocurre en espacios familiares, agrupaciones culturales y escuelas, lo que garantiza su continuidad entre las nuevas generaciones.

El ciclo de San Juan no solo celebra el inicio del verano. Representa un acto de identidad, de reencuentro con las raíces africanas y de reafirmación cultural que sigue latiendo con fuerza en el corazón de Venezuela.

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