Guayabo Gelato: El rincón más dulce de Venezuela en el corazón de Santiago de Chile
Frente al mostrador, la pregunta es inevitable: “¿A qué sabe la infancia?” La respuesta puede estar en una cucharada de Toronto o en un vasito de chicha. Cada quien elige su portal al pasado.

Redacción Panas en Utah.- Basta con cruzar la puerta de Guayabo Gelato para que la memoria se active. En pleno centro de la ciudad, entre el ruido y la rutina, un local pequeño pero lleno de alma sirve algo más que helados: ofrece nostalgia en cada cucharada.
Sabores como Samba, Toronto, Bati Bati y Chicha provocan un efecto inmediato en quienes los prueban. No se trata solo de una explosión dulce en el paladar, sino de un viaje directo a la infancia, a las tardes calurosas en la plaza, a la merienda después del colegio o al kiosco de la esquina. Para quienes emigraron, esta heladería representa una cápsula del tiempo donde el corazón se reconecta con los recuerdos de Venezuela.
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Guayabo Gelato se convirtió en la heladería más viral del año. Las redes sociales lo confirman: videos de personas emocionadas al probar un sabor olvidado, publicaciones con lágrimas en los ojos, y comentarios que se repiten: “sabe igualito al de mi infancia”, “me recordó a mi abuela”, “no puedo creer que lo encontré en Santiago”.
El equipo detrás del proyecto trabaja con precisión y cariño. Cada receta busca reproducir fielmente el sabor original de esos helados tan emblemáticos para los venezolanos. El objetivo no es solo vender postres, sino ofrecer una experiencia que hable directo al alma.
La propuesta conecta con una comunidad que extraña su tierra, pero también con quienes quieren conocerla a través de sus sabores. Guayabo Gelato no discrimina: tanto los venezolanos como los chilenos se sientan en sus mesas a descubrir y compartir.
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Frente al mostrador, la pregunta es inevitable: “¿A qué sabe la infancia?” La respuesta puede estar en una cucharada de Toronto o en un vasito de chicha. Cada quien elige su portal al pasado.
En Guayabo Gelato no solo se sirven helados, también se sirven emociones.
Con información de Caraota Digital