Utah

Un fósil olvidado revela una nueva especie de dinosaurio del tamaño de un mapache en Utah

Además de ser un posible ancestro del actual monstruo de Gila, Bolg ayuda a llenar vacíos sobre la evolución de los reptiles en América del Norte. Los expertos sospechan que podrían existir más especies similares esperando ser identificadas, quizás en otro frasco olvidado o bajo las capas rocosas del territorio público de Utah.

SALT LAKE CITY — Un simple frasco etiquetado como “lagarto” escondía uno de los hallazgos paleontológicos más sorprendentes del año. Hank Woolley, investigador postdoctoral del Instituto de Dinosaurios del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, encontró por casualidad un esqueleto fragmentado de 76 millones de años en el Museo de Historia Natural de Utah. A partir de ese momento, comenzó una investigación que terminó identificando una nueva especie de dinosaurio.

El fósil había sido descubierto en 2005 en el Monumento Nacional Grand Staircase-Escalante, una región rica en hallazgos prehistóricos. Desde entonces, había permanecido almacenado hasta que Woolley decidió examinarlo más a fondo. Su especialización en evolución de lagartos lo llevó a detectar la importancia del esqueleto y formar un equipo para su análisis completo.

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El resultado fue el descubrimiento de una especie inédita a la que bautizaron como Bolg amondol, o simplemente Bolg, en homenaje a un personaje de El Hobbit de J. R. R. Tolkien, debido a la forma singular de su cráneo. Este pequeño dinosaurio, del tamaño de un mapache, vivió en una llanura aluvial subtropical en el sur de Utah durante el Cretácico Tardío, cuando ese territorio era un entorno diverso y fértil.

“Descubrir una nueva especie de lagarto es fascinante, pero lo verdaderamente revelador es la información que nos brinda sobre su ecosistema”, destacó Randy Irmis, curador de paleontología del Museo de Historia Natural de Utah y coautor del estudio publicado en Royal Society Open Science.

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El fósil de Bolg estaba en un estado de conservación notable, lo que permitió analizar con detalle su cráneo, vértebras y extremidades. Para los investigadores, su coexistencia con otras especies grandes demuestra que compartía un ecosistema equilibrado, con múltiples nichos ecológicos disponibles.

Además de ser un posible ancestro del actual monstruo de Gila, Bolg ayuda a llenar vacíos sobre la evolución de los reptiles en América del Norte. Los expertos sospechan que podrían existir más especies similares esperando ser identificadas, quizás en otro frasco olvidado o bajo las capas rocosas del territorio público de Utah.

Con información de KSL

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