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Desgarrados desde el exilio: El sector de Maracaibo que llora a sus hijos deportados a El Salvador

Redacción Panas en Utah.- En Los Pescadores, un humilde sector de Maracaibo, la angustia se cuela por las rendijas de las casas hechas con latones y esperanzas. Las madres de cuatro jóvenes migrantes lloran desconsoladas desde que vieron los videos de una masiva deportación difundida por el gobierno de El Salvador. Entre reos rapados y esposados, reconocieron los rostros familiares de sus hijos, enviados desde Estados Unidos a una megacárcel en tierras centroamericanas.

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Mercedes Yamarte supo que su hijo Mervin estaba entre ellos. Lo identificó por sus tatuajes y unas sandalias desgastadas. El dolor la derrumbó frente a la puerta de su casa. “Me tiraba al suelo, decía que Dios no podía hacerle esto a mi hijo”, dice con la voz quebrada. Mervin, de 29 años, había salido de Venezuela en 2023 con destino a Texas. Cruzó la peligrosa ruta del Darién, trabajó jornadas extenuantes en una fábrica de tortillas y jugaba fútbol los domingos.

La noticia de su deportación llegó al barrio como un rayo. También estaban entre los capturados Edwar Herrera, Andy Javier Perozo y Ringo Rincón, todos conocidos de la zona. Los cuatro vivían juntos en Estados Unidos, soñaban con ayudar a sus familias y labrarse un futuro lejos del hambre.

Yarelis Herrera, madre de Edwar, también lo reconoció entre los detenidos por su contextura y sus “orejitas chiquiticas”. El impacto le robó las palabras. Edwar hablaba a diario con ella desde EE.UU. y soñaba con construir una casa en Maracaibo y comprarle una moto a su hija.

Los familiares insisten en que ninguno de ellos pertenece al Tren de Aragua, como alegan las autoridades. Mercedes niega con firmeza que su hijo esté vinculado con pandillas. “Él es bueno, noble, hay un error”, asegura.

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Antes de ser trasladados a El Salvador, firmaron documentos en inglés que no comprendieron. Creyeron que regresarían a Venezuela. Hoy están encerrados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo, la megacárcel que Nayib Bukele ha convertido en símbolo de su política de mano dura.

Mientras tanto, en Los Pescadores, las madres siguen buscando respuestas. Y siguen llorando. Como si con cada lágrima intentaran traerlos de vuelta. ¿Cómo se reconstruye una vida cuando el futuro termina tras las rejas?

Con información de El Nacional

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