Redacción Panas en Utah.- La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) celebra dos décadas de vigilancia lingüística con un anuncio que resume las tensiones del presente. En esta ocasión, la institución seleccionó “arancel” como la palabra del año, un sustantivo que desplazó a otros conceptos potentes en la agenda informativa como “trumpismo”, “rearme” o “generación Z”.
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El reflejo de una economía en disputa
La elección de “arancel” no responde al azar. El término dominó las portadas internacionales debido a las crecientes disputas comerciales y la reconfiguración de los mercados globales. Tras suceder a palabras como “polarización” (2023) o “inteligencia artificial” (2022), este vocablo técnico demuestra cómo la terminología económica permea el habla cotidiana. La FundéuRAE utiliza este galardón anual, tradición que inició en 2013 con “escrache”, para medir la temperatura social y política a través del léxico.
La reina Letizia reivindica el rigor gramatical
El acto conmemorativo contó con la presencia de la reina Letizia, quien ejerce la presidencia de honor de la fundación. Durante su intervención, la monarca mostró su faceta más analítica y cercana al gremio periodístico. Según reporta el diario ABC, la reina confesó su propia exigencia ante el uso del idioma: “Tienen cara de fruncir el ceño cuando leen algo con errores gramaticales: una coma mal puesta, gerundios repetitivos, tildes inexistentes… No soy la única que tiene esa pedrada”, admitió ante un auditorio de expertos.
Doña Letizia elogió el trabajo de la entidad, que cumple veinte años “afinando y afilando” la lengua española. Asimismo, destacó su participación en los seminarios de San Millán de la Cogolla, lugar que considera clave para entender la riqueza y diversidad del universo hispanohablante.
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Un historial de la realidad social
A lo largo de su historia, la palabra del año ha funcionado como un termómetro de las crisis y avances de la humanidad. La lista incluye hitos como “refugiado” (2015), “confinamiento” (2020) y “vacuna” (2021). Con la designación de “arancel”, la fundación reafirma su misión principal: exigir precisión y claridad a los profesionales de la comunicación. En un mundo saturado de información, la FundéuRAE mantiene su compromiso de observar cómo el lenguaje técnico se integra en la conversación pública, garantizando que el español siga siendo una herramienta de comprensión precisa.
