Redacción Panas en Utah.- La ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025, realizada este 10 de diciembre en el histórico Ayuntamiento de Oslo, dejó una de las intervenciones más contundentes en la memoria reciente del galardón. El presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, entregó el premio a la hija de la dirigente venezolana María Corina Machado y sorprendió con un discurso directo que sacudió a la audiencia internacional.
Desde el inicio, Frydnes describió con precisión los desafíos que enfrenta Venezuela. Habló de torturas, detenciones arbitrarias, persecución política y el clima de miedo que se expande entre quienes alzan la voz contra el régimen. El auditorio escuchó en absoluto silencio mientras relataba historias de ciudadanos, activistas y menores sometidos a abusos que han quedado documentados en informes de organismos internacionales.
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El momento más tenso se produjo cuando el presidente del Comité rompió el protocolo para enviar un mensaje directo a Nicolás Maduro. Pronunció un llamado claro que resonó en la sala: “Debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia. Porque esa es la voluntad del pueblo venezolano”. Sus palabras marcaron un antes y un después en el tono habitual de la ceremonia, tradicionalmente enfocada en homenajes y reflexiones.
Frydnes destacó el liderazgo de María Corina Machado en medio de un contexto adverso. Resaltó su capacidad para mantenerse firme, movilizar a millones de ciudadanos y unificar una estrategia democrática pese a la presión constante. Subrayó la determinación de la oposición venezolana durante las elecciones de 2024, cuando defendió la veracidad de las actas electorales frente al aparato estatal.
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El Comité también dedicó parte del discurso a las víctimas. Recordó que, mientras el mundo observa la ceremonia, personas inocentes permanecen retenidas en celdas oscuras dentro de Venezuela. Este señalamiento fortaleció el mensaje de urgencia sobre la crisis humanitaria y la necesidad de justicia para quienes sufren represalias por motivos políticos.
Figuras clave, entre ellas el presidente electo Edmundo González Urrutia y familiares de presos políticos, asistieron al evento. La jornada concluyó con un mensaje de esperanza y resistencia. Frydnes afirmó que ningún poder autoritario mantiene su control de forma indefinida y cerró con una sentencia que levantó aplausos: la violencia nunca supera la voluntad de un pueblo decidido a recuperar su libertad.



