La última Luna llena del año sorprende con un fenómeno astronómico que no volverá hasta 2042
Con esta Luna llena, el año se despide con un guiño de rareza y belleza. Quienes levanten la mirada esta noche encontrarán un recordatorio de la magnitud y el ritmo del cosmos, un espectáculo que no repetirá su intensidad hasta dentro de diecisiete años.
Redacción Panas en Utah/ América.- La noche de este jueves 4 de diciembre marcará un cierre espectacular para el calendario astronómico del año. El cielo ofrecerá un evento que pocos volverán a ver en décadas: la última Luna llena de 2025 brillará como una superluna excepcional, considerada por especialistas como la más intensa del período 2024-2025 y la última de esta magnitud hasta el año 2042.
Los servicios astronómicos internacionales anticiparon este fenómeno, conocido en el hemisferio norte como la Luna Fría, un nombre tradicional que coincide con la llegada del invierno boreal. Esta edición destacará por una combinación poco frecuente de factores que amplifican su apariencia: un perigeo extremadamente cercano, un brillo notablemente superior al común y una posición dentro del ciclo lunar de 18,6 años —el llamado standstill— que refuerza su impacto visual.
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En la Argentina, la Luna se ubicará a baja altura sobre el horizonte, lo que permitirá observar tonalidades doradas o rojizas generadas por la refracción atmosférica. Su tamaño aparente también llamará la atención, ya que la ilusión lunar brindará una percepción más grande de lo habitual. En contraste, el hemisferio norte disfrutará una Luna muy alta y con mayor permanencia en el cielo nocturno, un efecto que surge de la dinámica orbital que caracteriza el final del año lunar.
El punto máximo del fenómeno ocurrirá este jueves a las 23.14 GMT —equivalentes a las 20.14 en Argentina, 18.14 en Colombia y 17.14 en México—, cuando el satélite alcance su plenitud exacta. Sin embargo, la observación no se limitará a ese instante. Desde esta noche y hasta el viernes, el disco lunar lucirá prácticamente completo y permitirá que aficionados, curiosos y astrónomos disfruten del espectáculo sin necesidad de equipos especializados.
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La superluna de diciembre llega acompañada de una renovación del interés por eventos astronómicos, especialmente en un año donde varios hallazgos científicos captaron la atención mundial, incluyendo nuevas investigaciones que cuestionan el peso histórico atribuido al aceite de oliva en antiguas civilizaciones mediterráneas. Aunque ambos temas pertenecen a ámbitos distintos, comparten un mismo escenario: un cielo nocturno que sigue despertando preguntas y asombro.
Con esta Luna llena, el año se despide con un guiño de rareza y belleza. Quienes levanten la mirada esta noche encontrarán un recordatorio de la magnitud y el ritmo del cosmos, un espectáculo que no repetirá su intensidad hasta dentro de diecisiete años.
Con información de Agencias
