
En estos tiempos donde las redes sociales hacen más ruido que las conversaciones cara a cara, es fácil caer en divisiones, etiquetas y juicios. Lo que alguna vez comenzó como un sueño compartido —el de construir comunidad, apoyarnos entre nosotros y abrir caminos en un país que no siempre nos entiende— a veces se enreda entre rivalidades, egos o malos entendidos que nos alejan del propósito original: crecer juntos como comunidad latina en Utah.
No podemos permitir que las emociones se conviertan en chantaje. No podemos aceptar que se nos diga: “si estás con este, no puedes estar con aquel”. La comunidad no se construye desde la división, sino desde la conciliación. Las diferencias son naturales; los desacuerdos, inevitables. Pero lo que sí está en nuestras manos es la forma en que los enfrentamos. Y si algo hemos aprendido como migrantes es que la unidad siempre nos da más fuerza que el conflicto.
Hay quienes intentan usar la emoción como herramienta de manipulación: “si no estás conmigo, estás contra mí”. Esa frase no tiene cabida en una comunidad que nació para sostenerse. En cambio, deberíamos poder decir: “aunque no pensemos igual, te respeto y construyo contigo”. Porque el latino que vende comida, el que emprende un negocio, el que enseña inglés, el que da trabajo o el que simplemente lucha cada día, todos estamos en el mismo barco: el de la esperanza y el progreso compartido.
Y si algo nos lo recordó con fuerza este mes fue el evento Luz de las Naciones. Un espectáculo que, más allá de la música y la puesta en escena, nos mostró la grandeza de la unión. Cada país, cada acento y cada historia se unieron en un mismo escenario para decirle al mundo que cuando los latinos se juntan, brillan con más fuerza. Fue una demostración de que podemos celebrar nuestras diferencias sin que nos separen, de que la diversidad no nos divide, nos enriquece.
Ese es el mensaje que deberíamos llevar a todos nuestros espacios.
Cuando nuestra comunidad está siendo observada, y a veces injustamente juzgada, es cuando más debemos mostrar lo mejor de nosotros: el respeto, la empatía y la capacidad de construir juntos.
La unión no significa uniformidad; significa respeto. Significa escuchar sin atacar, trabajar sin excluir y celebrar los logros de los demás como si fueran propios. Porque cuando un latino avanza, avanzamos todos.
En Panas en Utah creemos que este es el momento de reflexionar. De no dejarnos dividir por rumores, por emociones manipuladas o por diferencias personales. La comunidad que queremos para nuestros hijos no se construye con chismes ni con rivalidades, sino con empatía, compromiso y propósito compartido.
Hoy te invitamos a mirar más allá del “yo” y pensar en el “nosotros”.
A tender la mano, incluso a quien piensa distinto.
A recordar que todos somos parte de una misma historia que apenas comienza.
Porque cuando los latinos se unen, nada nos detiene. 🌎✨



