Ola de indignación por agresión xenófoba a familia venezolana en Santiago reabre debate migratorio en Chile
El incidente volvió a poner sobre la mesa la necesidad de políticas públicas que promuevan la integración y garanticen la seguridad de los migrantes. La agresión en La Vega Central no solo expone una fractura social, sino también un desafío urgente: construir una convivencia basada en el respeto, la empatía y la igualdad de derechos, más allá del país de origen.
Redacción Panas en Utah.- Una nueva polémica sacude a Chile tras la agresión que sufrió la ingeniera venezolana Dilmara Jiménez y su familia en el mercado La Vega Central, uno de los puntos más concurridos de Santiago. El hecho generó una ola de repudio en redes sociales y volvió a encender el debate sobre la discriminación que enfrentan los migrantes venezolanos en el país.
Jiménez relató que todo comenzó con una discusión por un carrito de compras. El dueño de un local les exigió que lo movieran de manera ofensiva, lo que desencadenó una serie de insultos y, posteriormente, una agresión física. “Cuando escucharon que éramos venezolanos, se unieron para golpearnos y humillarnos”, expresó la víctima, quien resultó golpeada junto a su madre, hermana y novio.
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Testigos del incidente grabaron parte del enfrentamiento, y los videos circularon rápidamente en redes sociales, generando una ola de indignación entre ciudadanos chilenos y la comunidad venezolana. Diversos usuarios exigieron justicia y la intervención de las autoridades, mientras organizaciones de derechos humanos denunciaron el aumento de los discursos de odio contra extranjeros.
El caso de Dilmara no representa un hecho aislado. En los últimos años, distintas organizaciones han alertado sobre un incremento de la violencia y la discriminación hacia migrantes, especialmente de origen venezolano, colombiano y haitiano. La tensión social se ha intensificado con el crecimiento de la población migrante, que ya supera los dos millones de personas en Chile, según cifras oficiales.
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El gobierno chileno condenó el ataque y aseguró que investigará lo ocurrido. Por su parte, representantes de la comunidad venezolana convocaron a una manifestación pacífica para exigir respeto y medidas efectivas contra la xenofobia.
El incidente volvió a poner sobre la mesa la necesidad de políticas públicas que promuevan la integración y garanticen la seguridad de los migrantes. La agresión en La Vega Central no solo expone una fractura social, sino también un desafío urgente: construir una convivencia basada en el respeto, la empatía y la igualdad de derechos, más allá del país de origen.
Con información Agencias



