Pavoroso asesinato de refugiada ucraniana da munición a Trump para militarizar ciudades (+VIDEO)

Washington, 10 sep (EFE).- El pavoroso asesinato a sangre fría de una refugiada ucraniana acaecido a final de agosto en la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, está siendo esgrimido por el Gobierno de Donald Trump para pedir mano dura con el crimen y sustentar las promesas de envío de efectivos militares y agencias federales a ciudades gobernadas por los demócratas, a los que acusa de ser permisivos con el crimen.
El crimen
El 22 de agosto, días después de que Trump desplegara al Ejército en Washington DC para combatir lo que considera una criminalidad desbocada en la capital, Irina Zarutska, una ucraniana de 23 años que hacía tres que había llegado a EE.UU. huyendo de la guerra, se subió al tren ligero de Charlotte que muchas noches tomaba para volver a casa al acabar su turno en una pizzería.
Según captaron las cámaras de seguridad del vagón, se acomodó en un asiento y se puso a mirar su teléfono dando la espalda a un afroamericano aposentado justo detrás, Decarlos Brown, un hombre de 34 años con un largo historial delictivo que incluye al menos 14 arrestos desde 2011 por agresión, atraco a mano armada o allanamiento de morada.
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Minutos después se ve como Brown saca del bolsillo una navaja plegable, la abre con parsimonia, se incorpora y apuñala tres veces, una de ellas en el cuello, a la mujer, que trata de protegerse con sus propios brazos y permanece, confusa y aterrorizada, en esa postura unos segundos mientras el agresor se aleja por el pasillo del tren. Poco después cae desplomada y desangrándose.
Unas dos semanas después, medios de fuera de Carolina del Norte comienzan a recoger y publicar historias sobre el caso junto con el escalofriante metraje recogido por las cámaras del tren. Es así como el suceso llegó a oídos de la Casa Blanca.
La reacción de Trump
El 7 de septiembre, con las cadenas conservadoras encabezando su programación con el asesinato, Trump, que lleva semanas amenazando con enviar a la Guardia Nacional a otros fortines demócratas como Chicago o Baltimore, se pronuncia por primera vez escribiendo sobre el caso en su red social Truth Social.
“He visto el horrible video de una hermosa y joven refugiada ucraniana que llegó a EE.UU. para escapar de la brutal guerra en Ucrania. Viajaba inocentemente en el metro en Charlotte, Carolina del Norte, donde fue brutalmente emboscada por un lunático con problemas mentales”, escribe el republicano, que subraya que Brown había sido puesto en libertad 14 veces y que la sangre de Zarutska “está en las manos de los demócratas que se niegan a encarcelar a gente mala”.
Trump encuadra el asesinato en su tesis de que los “bastiones azules” necesitan mano dura contra el crimen, al asegurar en el texto que todos los estados “necesitan ley y orden”, y que “solo los republicanos” pueden garantizarla.
También aprovecha para culpar al exgobernador demócrata de Carolina del Norte, Roy Cooper, de haber defendido una medida que surgió al calor del movimiento “Black lives matter” para reducir las desigualdades raciales en el sistema penal; la fianza sin efectivo, una disposición que el propio Trump revocó para Washington en agosto.
Cargos federales contra Brown
Un día después, el 8 de septiembre, el Departamento de Justicia acusa a Brown de un delito federal al cometer un acto con resultado de muerte en un transporte público. Ese cargo se suma a la imputación por asesinato en primer grado presentada por el propio estado de Carolina del Norte el 23 de agosto, al siguiente día del apuñalamiento de Zarutska.
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La fiscal general, Pam Bondi, insiste en responsabilizar a los Gobiernos demócratas de casos como este al presentar los cargos. “Irina Zarutska era una joven que vivía el sueño americano; su horrible asesinato es resultado directo de políticas fallidas de indulgencia contra el crimen que priorizan a los criminales sobre los inocentes”, afirma.
Este miércoles, Trump pidió que Brown sea sentenciado “únicamente con la pena de muerte” en un mensaje en Truth Social, mientras que Bondi, responsable última de que se solicite la pena capital, ha dicho que la opción “está sobre la mesa”.
Acusaciones cruzadas
Mientras voces críticas han acusado a la Administración Trump de politizar lo sucedido para defender la militarización que ha acometido en urbes como Washington o Los Ángeles, figuras del espectro ultraconservador, como el magnate tecnológico Elon Musk, han acusado a los medios de favorecer la cobertura de sucesos como el asesinato de George Floyd en 2020 y de ignorar este caso por el hecho de que Zarutska era blanca.
Entretanto el congresista republicano de Carolina del Norte, Mark Harris, llegó a definir la situación que se vive en Charlotte como el “microcosmos de una epidemia nacional” de crimen desbocado.
Por su parte, el vicejefe de Gabinete, Steven Miller, -un hombre fuerte de Trump opuesto a políticas de refugio que sí permitieron a Zarutska huir de la guerra- o el director del FBI, Kash Patel, han afirmado ya que casos como estos justifican operativos como el despliegue -en contra de la voluntad de los Gobiernos locales- de la Guardia Nacional que ha arrancado ya en Chicago y que promete intensificarse en los próximos días e incluir también un incremento de los arrestos de migrantes.
EFE