Migrantes en la frontera de México viven en vilo por las redadas y militarización de EE.UU.
A ello se añade que la bandera mexicana se ha convertido en un símbolo de las protestas en Los Ángeles, algo que para sus defensores representa la diversidad de Estados Unidos, pero que para la Casa Blanca de Trump es vista como una muestra de la "invasión" con la que justifica su agresiva política migratoria.

Ciudad Juárez (México), 13 jun (EFE).- Activistas y migrantes en la frontera norte de México lamentaron este viernes las redadas contra indocumentados en Estados Unidos que han provocado protestas en estados como California, y denunciaron que la situación sigue crítica para los miles que han quedado varados sin poder cruzar.
“Estamos ante una situación de mucha violencia, de mucha vulnerabilidad. Todo esto conlleva una afectación directa a personas que ya tenían una vida establecida o que intentaban estabilizarse en Estados Unidos. Hoy están encerradas, separadas de sus familias o deportadas”, expresó a EFE Javier Bueno Guillén, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez.
Lee también: Protestas proinmigrantes terminan con un detenido y varios incidentes menores
En Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso (Texas), el entorno es cada vez más hostil, por lo que ha aumentado la tensión y la desesperanza entre los miles migrantes que no saben qué hacer tras el endurecimiento de las políticas migratorias del presidente Donald Trump.
Es el caso de Ricardo Antonio López Rivas, migrante salvadoreño, quien reconoce el temor y la incertidumbre ante la nueva ola de redadas y una creciente militarización en el límite de Estados Unidos y México.
López Rivas, quien espera cruzar desde Ciudad Juárez para reencontrarse con su hijo en San Francisco (California), asegura que nunca antes había sentido tanto rechazo.
“Nunca se había dado esto hasta que este señor (Trump), que está ahora de presidente, comenzó con estas políticas que se ven muy racistas. Pero yo confío en Dios, que puede hacerlo reflexionar”, dijo en una entrevista.
El centroamericano teme ser detenido por agentes migratorios en cualquier momento.
“El miedo es que te puedan llegar a agarrar al salir. Toda la gente teme por eso”, contó.
Las protestas contra las redadas migratorias iniciadas en Los Ángeles, donde se ha decretado un toque de queda nocturno en un intento de las autoridades locales por frenar los disturbios, se han extendido a otras grandes ciudades como Nueva York o Chicago.
“Sentimos las manos atadas”
Desde la Casa del Migrante, el padre Bueno aseguró que se continúa ofreciendo ayuda humanitaria, pero reconoció sentir impotencia ante la magnitud del problema, pues no dejan de llegar familias tanto deportadas de Estados Unidos como migrantes procedentes del sur.
“Seguimos con las puertas abiertas, pero nos duele ver lo que está ocurriendo. Sentimos las manos atadas. Lo que vemos es el rostro sufriente de la realidad”, aseveró el padre Bueno Guillén
Este jueves, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, desplegó a más de 5.000 tropas y 2.000 agentes de la policía estatal para apoyar la respuesta de las fuerzas del orden locales a las protestas contra las redadas migratorias.
“Las protestas pacíficas son parte del tejido social de nuestra nación, pero Texas no tolerará la anarquía que hemos visto en Los Ángeles en respuesta a la aplicación de la ley de inmigración por parte del presidente Donald Trump”, declaró Abbott en el comunicado.
Lee también: Los migrantes indocumentados en EEUU: Fuente de impuestos, empleos y masa de consumidores
Las redadas migratorias han elevado, asimismo, de las tensiones políticas entre México y Estados Unidos, especialmente por los recientes señalamientos de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien acusó a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, de incitar las protestas en Los Ángeles, algo rechazado como “absolutamente” falso por la mandataria.
A ello se añade que la bandera mexicana se ha convertido en un símbolo de las protestas en Los Ángeles, algo que para sus defensores representa la diversidad de Estados Unidos, pero que para la Casa Blanca de Trump es vista como una muestra de la “invasión” con la que justifica su agresiva política migratoria.
EFE