Utah

Trump presiona a Utah: Peligran seguros médicos para niños inmigrantes

La discusión continúa abierta, pero la amenaza ya está sobre la mesa: el gobierno federal vigilará de cerca cada dólar destinado a cobertura médica, aunque eso signifique dejar a miles de niños fuera del sistema.

Redacción Panas en Utah / The Salt Lake Tribune.- El gobierno de Donald Trump elevó la tensión con Utah y al menos una docena de estados por brindar seguros médicos a niños inmigrantes sin estatus legal permanente. La administración advirtió que tomará medidas concretas si estos estados continúan utilizando fondos federales para sostener dichos programas.

En una carta enviada a los gobernadores el martes, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) anunciaron que comenzarán a “reforzar la supervisión financiera” de los estados involucrados. La medida forma parte de un plan más amplio que busca limitar el uso de recursos federales en beneficios destinados a inmigrantes sin documentación permanente.

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En el caso de Utah, la presión federal pone en riesgo directo la atención médica de hasta 2,000 niños, quienes quedarían sin acceso a tratamientos y servicios esenciales si el estado cede ante las exigencias de la administración.

La advertencia llega mientras el Congreso debate el polémico proyecto de ley apodado “One Big Beautiful Bill”, impulsado por sectores conservadores. El texto, en su versión actual, recorta de forma significativa la contribución federal a la cobertura médica para ciertos grupos de bajos ingresos, afectando de manera directa a programas estatales que incluyen a niños inmigrantes.

La situación genera preocupación entre defensores de derechos humanos, organizaciones de salud y líderes comunitarios. Aseguran que eliminar el acceso a servicios médicos en poblaciones vulnerables no solo representa un retroceso en materia de salud pública, sino que también profundiza desigualdades sociales y expone a menores a consecuencias irreversibles.

Utah, conocido por mantener posturas más moderadas en temas migratorios dentro del espectro republicano, enfrenta ahora un dilema complejo. Debe decidir si mantiene su autonomía en políticas de salud o se ajusta a las exigencias federales, con el costo humano que ello implica.

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El debate también agita el panorama político nacional. Sectores más duros dentro del oficialismo aplauden la iniciativa, mientras otros advierten sobre el alto precio moral y social de castigar a niños por su estatus migratorio.

La discusión continúa abierta, pero la amenaza ya está sobre la mesa: el gobierno federal vigilará de cerca cada dólar destinado a cobertura médica, aunque eso signifique dejar a miles de niños fuera del sistema.

Con información de The Salt Lake Tribune

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