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Jóvenes asesinados en museo judío de Washington eran “una bella pareja” que iba a casarse

Hace unos meses, Sarah Milgrim contó que planeaba regresar a Jerusalén, esta vez con Lischinsky, para conocer a la familia de él. Lo que no sabían sus padres era que el joven había comprado un anillo y planeaba una pedida de mano una vez allí.

Washington, 22 may (EFE).- Los dos jóvenes asesinados el miércoles a tiros frente al museo judío de Washington eran “una bella pareja” que iba a comprometerse la próxima semana, según el embajador israelí, Yechiel Leiter, y su pérdida dejará un vacío en la comunidad hebrea en Israel y EE.UU., unida para condenar el crimen.

Yaron Lischinsky, de 30 años, y Sarah Milgrim, de 26, eran miembros activos en varias organizaciones judías, labor que combinaban con sus responsabilidades en la embajada israelí.

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Ambos dejaban un evento del Comité Judío Americano en el Museo Judío de la Capital centrado en discutir ayuda humanitaria a lugares devastados por la guerra, entre ellos Gaza, cuando fueron asesinados a tiros en la noche del miércoles por un sospechoso identificado como Elías Rodríguez, de 30 años y residente en Chicago.

La pareja se conoció hace un año y medio, mientras ambos trabajan en la misión israelí y, según el embajador, Lischinsky había comprado un anillo hace solo unos días “con la intención de proponerle matrimonio a su novia la próxima semana en Jerusalén”.

“Estaban enamorados (…) Desde la embajada nos dijeron que eran una pareja ‘estrella’ en la misión”, dijo en una llamada con la cadena Fox News el padre de Lischinsky, quien se preparaba para recibir a la pareja en Jerusalén en unos días.

Sueños con ser diplomático y un ávido amante de la fotografía

Yaron Lischinsky creció en Alemania, pero se mudó a Israel a los 16 años. Hablaba alemán, hebreo y japonés. Sirvió tres años en el Ejército israelí y aceptó un trabajo en la misión de Washington en 2022.

De padre judío y madre cristiana, Lischinsky era cristiano practicante. “Era un cristiano devoto, pero había ligado su destino al del pueblo de Israel”, dijo a The New York Times Ronen Shoval, decano del Instituto Argaman de Estudios Avanzados en Jerusalén.

Soñaba con ser diplomático tras completar sus estudios en la Universidad Hebrea de Jerusalén, según su profesor, Nissim Otmazgin. “En realidad estaba empezando su nueva carrera como diplomático cuando fue asesinado”. El joven tenía un máster en diplomacia gubernamental y estrategia por la Universidad Reichman.

Según su perfil en la red LinkedIn, Lischinsky se desempeñaba como asistente de investigación en la embajada israelí sobre “eventos y tendencias importantes que suceden en Oriente Medio y el norte de África”.

Otmazgin dijo que el joven era “un estudiante excelente” y “muy dedicado” a superarse. “En muchos sentidos, creo que para mí simboliza la esperanza de Israel. (…) Así que, en este sentido, no es solo una tragedia personal, sino también una tragedia pública”, indicó el profesor a la CNN.

La Sociedad Israelí-Alemana informó que Lischinsky era miembro fundador de su grupo homólogo Israel y que era “una persona increíblemente cálida, inteligente, tranquila y atenta”. También era un fotógrafo apasionado, con un ojo ávido para capturar “detalles especiales que otros a menudo pasaban por alto”.

“Amaba Estados Unidos. Estaba entusiasmado con el futuro, con la vida que él y su amada estaban construyendo”, se lamentó en X una amiga de Lischinsky, Zineb Riboua.

Promesa de la diplomacia dedicada “a hacer el bien”

Sarah Milgrim nació en Kansas y sus padres la describen como una persona “apasionada, extremadamente inteligente, dedicada a lo que hace, siempre en la causa de lo correcto”.

Milgrim se unió a la embajada en Washington para organizar misiones y viajes a Israel.

“Era una judía estadounidense. Estuvo muy involucrada con el Comité Judío Americano (AJC en inglés). Ha viajado con la organización. Le interesaba profundamente nuestro trabajo en el ámbito diplomático”, dijo el director de la AJC, Ted Deutch.

Viajó y vivió en varios países, entre ellos Costa Rica, donde cursó estudios de postgrado. Tenía maestrías en asuntos internacionales y en recursos naturales y desarrollo sostenible.

Como es usual entre los jóvenes judíos estadounidenses, junto a su hermano Jacob, de 28, Milgrim voló a Israel como parte del programa que ofrece viajes gratuitos a personas de herencia hebrea para profundizar en las tradiciones y cultura judías.

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Su padre, Robert Milgrim, dijo a medios que su hija trabajó para una organización que conectaba a jóvenes israelíes y palestinos.

Hace unos meses, Sarah Milgrim contó que planeaba regresar a Jerusalén, esta vez con Lischinsky, para conocer a la familia de él. Lo que no sabían sus padres era que el joven había comprado un anillo y planeaba una pedida de mano una vez allí.

Cuando recibió la noticia del tiroteo, Robert Milgrim dijo que era uno “sus peores temores”: “Lo irónico es que estábamos preocupados por la seguridad de nuestra hija en Israel”, dijo, “pero fue asesinada tres días antes de partir”.

EFE

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