Utah alzó la voz por el cuidado infantil: Familias y proveedores exigieron soluciones antes del colapso

Utah.- El pasado 12 de mayo, diez centros de cuidado infantil en Utah bajaron sus persianas en una jornada de protesta nacional que reunió a más de mil proveedores en todo el país. La iniciativa, conocida como Un día sin cuidado infantil, busca visibilizar una crisis silenciosa: el alto costo de la atención, la falta de financiamiento y la amenaza de recortes a programas clave.

En Price, Utah, Sharon Miller encabezó la convocatoria en el Peace Gardens. Propietaria del Programa de Cuidado y Educación Temprana de Sharon, Miller ha dedicado más de dos décadas a formar a generaciones de niños en la región. En 2019 recibió el reconocimiento como “Proveedor del Año” por la Asociación Profesional de Cuidado Infantil Familiar de Utah.

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Durante el evento, Miller advirtió sobre la fragilidad del sistema. “Las familias y los proveedores de todo Utah están al límite de sus posibilidades económicas”, dijo. Explicó que muchos trabajadores del sector no pueden costear un seguro médico ni destinar fondos a su jubilación, mientras intentan mantener sus puertas abiertas.

El temor al desfinanciamiento se intensifica. Con programas como Head Start en peligro, los subsidios federales que sostienen buena parte del sistema podrían desaparecer. “Es lógico que estemos preocupados por los recortes”, afirmó Miller. “Sin esos recursos, el sistema simplemente no puede sostenerse”.

A pesar del viento, decenas de familias acudieron a la cita. Compartieron experiencias, preocupaciones y reflexiones mientras sus hijos jugaban. Las risas infantiles fueron un recordatorio de por qué vale la pena luchar por una atención digna, segura y accesible.

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En Utah, el 53% de los niños menores de cinco años necesita algún tipo de cuidado infantil debido a que sus padres trabajan fuera del hogar. Esta cifra deja claro que se trata de una necesidad urgente, no de un lujo. Aunque los recortes federales se vislumbran como una amenaza, los líderes comunitarios insisten en que los gobiernos estatales y las organizaciones civiles aún tienen margen de acción.

Miller cerró el encuentro con un llamado firme: “Es hora de actuar antes de que el sistema colapse y los niños de Utah se conviertan en daños colaterales”.

Con información de ETV News